viernes, 22 de mayo de 2020

Historia del fútbol argentino - 1921-1930 - ¿Qué aconteció durante esta década en nuestro fútbol?

Los títulos sudamericanos, la inauguración de nuevos y amplios estadios, la victoria ante los uruguayos olímpicos en 1924 y la gira de Boca Juniors en 1925, constituyeron episodios fundamentales dentro de la evolución del fútbol argentino.

Otro hecho importante en la historia de nuestro deporte se produjo en 1926, tras la unificación de las dos entidades que lideraban el fútbol argentino. Hubo acuerdo entre la Asociación Argentina y la Asociación Amateurs para establecer una unidad que hasta entonces se había hecho inalcanzable.
Así fue como se constituyó la Asociación Amateurs Argentina de Football.
Para celebrar tal acontecimiento, se dispuso la realización de un partido entre los últimos campeones de las respectivas entidades, Independiente y Boca Juniors, que se enfrentaron el 20 de febrero de 1927 en el estadio de River Plate ante una concurrencia récord. Lamentablemente, el cotejo debió suspenderse al finalizar el primer tiempo debido a que una gran cantidad de espectadores invadieron el campo de juego. El encuentro finalizó pocos días después (3 de marzo) aunque con un sobrio 0-0.
De todas maneras, esa unificación no tuvo bases sólidas, como lo demostró su efímera vida. Uno de los problemas que produjo fue la acumulación de una extraordinaria cantidad de equipos en el campeonato principal. En el primero, disputado en 1927, se reunieron 34 y la cifra aumentaría a 36 en años posteriores. Por tal motivo, el certamen superior tuvo una extensión exagerada, que de ninguna manera podía contribuir a su lucimiento.
Por otra parte, se hicieron evidentes las diferencias entre los clubes más poderosos y los más débiles. Estos últimos mostraban limitaciones en todo orden, en la capacidad de sus equipos, de sus canchas y también en su poderío social y económico. Se impuso así, una drástica depuración que no tardaría en producirse.

Foto del duelo entre Independiente y Boca Juniors en 1927. Los protagonistas, Pedro Isusi del "rojo" y Américo Tesoriere del "xeneize", grandes arqueros de la época.

El amateurismo agonizaba y carecía de sentido seguir encubriendo el pago a los jugadores; se acercaba la decisión trascendental de profesionalizar el fútbol, lo que finalmente ocurrió en 1931.
La creciente capacidad de los jugadores y la consecuente popularidad que ganó el fútbol, al que acudía cada vez más público, fueron, paradójicamente, creando más problemas a su organización.
Uno de ellos, y probablemente el más importante, fue la retribución a los futbolistas, muchas de las cuales se hacían veladamente. Resultaba absurdo que no se pagara a los protagonistas del espectáculo que cada vez demostraban mayores aptitudes; además, se vivía el hecho concreto de cobrarse entrada en cada partido. Y en muchos casos, cuando se enfrentaban equipos populares, las recaudaciones eran abultadas como consecuencia del creciente entusiasmo por el juego.
La Asociación Amateurs Argentina de Football, no supo encauzar la actividad por una senda de progreso. Y de tal modo, se llegaría a la profesionalización del fútbol, un paso fundamental para encaminar una actividad en pleno desarrollo.

Así lucía el fútbol en nuestros comienzos

Luego de la exitosa gira de Boca Juniors por Europa, fue gracias a su difusión que los clubes europeos se interesaron en jugar en Argentina. Real Madrid, Chelsea, Barcelona, Torino, Motherwell y Ferencvaros fueron los que, entre 1927 y 1929, arribaron a nuestro continente para competir contra nuestro fútbol. Estas giras sirvieron para demostrar que los progresos del fútbol argentino eran extraordinarios.
De todos los partidos que disputaron los europeos contra los argentinos, solo triunfaron 7 veces, empatando 5 y perdiendo 17. Estos últimos, fueron ganados por seleccionados argentinos o por clubes locales. La notable proporción de resultados favorables a nuestros jugadores era una cabal demostración de superioridad.
Pero estas visitas fueron también provechosas, porque hicieron traslucir de qué modo se apreciaba el mercado futbolístico argentino; éste era capaz no solamente de producir excelentes recaudaciones, sino también de competir con un fútbol que ya casi nada tenía que aprender del europeo, por lo menos en lo que a técnica se refería.

Foto del primer equipo del Real Madrid, quien participara de la gira argentina en 1927-1929

Otro hito de la década fue el honor que le correspondió a Vélez Sarsfield tras tener la primera cancha con luz artificial. El 7 de diciembre de 1928 se realizó un partido amistoso, ante 20.000 personas que colmaron el estadio de Villa Luro, entre el seleccionado argentino, que había disputado la final del torneo olímpico en Amsterdam '28, contra los uruguayos de ese año y un combinado que acaba de superar al equipo escocés de Motherwell.

Foto de la cancha de Vélez Sarsfield en 1928

Por último, la radiofonía sumó mera importancia para la transmisión del fútbol en Argentina, como en el mundo, ayudando al desarrollo del deporte. En 1923, Enrique Susini transmitió incidencias de la pelea entre Luis Ángel Firpo y Jack Dempsey, que se difundieron por un altavoz ubicado en la avenida de Mayo al 500.
En 1925, Jorge Leal relató un encuentro de fútbol por la desaparecida Radio Prieto. Posteriormente, Luis Elías Sojit transmitió desde Italia el Mundial de 1934.

Enrique Susini

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