lunes, 9 de septiembre de 2019

Rafael Nadal 20(19)

Definir a Rafael Nadal en una sola palabra sería imposible. Él se nutre de miles de características, adjetivos, talentos, magia, corazón. A sus 33 años, consiguió su Grand Slam número 19 y quedo a tan solo uno del máximo ganador, Roger Federer.


Por su edad y su gran momento tenístico, parecería ser que Rafa será el máximo ganador de estos torneos, hasta que aparezca otro león tan fuerte como él. Roger, cerca del retiro y Novak lejos en la cantidad quedarán en segundo plano.

Dentro de la cancha, una fiera, un lobo hambriento, un león de la selva. Afuera, un humano más. Sencillo, humilde, respetuoso. Acá es donde abro el debate. ¿Es acaso Rafael Nadal el mejor deportista del planeta? Por supuesto que será difícil confirmar esa hipótesis, pero que es leyenda, de eso no hay dudas.

Llegó a este US Open 2019 entonado. Campeón de Roland Garros (duodécimo título), semifinalista en Wimbledon, campeón en Roma y Canadá. Se le presentó un cuadro accesible tras las eliminaciones de los principales candidatos y, aunque parecía ser el torneo de las revelaciones, volvió a lucir esa furia, ese corazón, ese talento, todo eso que tiene un campeón.

El momento de quiebre del encuentro ocurrió en el tercer set. Rafa arriba 3-2 con su saque para liquidar el partido, aunque Daniil Medvédev tenía otro plan. A pesar de estar dos sets abajo, contenido y casi derrotado, la maravilla del tenis surgió otra vez. Tan solo un quiebre para levantar ánimos, energía y juego.

Quebró y se quedó con el tercer set. Y no solo eso, sino que levantó su nivel y se quedó también con el cuarto. Poco estético, pero jugando como mezcla de Davydenko y Safín, parecía que el ruso haría historia en Estados Unidos.

En el epílogo del encuentro, Rafa se quedaba sin energías y que el partido lentamente se le iba de las manos con el agua que fluye. Aunque rápidamente se puso arriba 5-2. Todo era fiesta hasta que Medvédev rompió la piñata. Se puso 4-5 y a la espera. Pero el español, break abajo, levantó un game tremendo y se llevó un partido épico. Ese de los que merecen pagar la entrada, quedar con las manos rojas de tanto aplaudir y sin voz para alentar a dos titanes.


El mallorquín se sobrepuso, una vez más, a la situación adversa y cerró un partido increíble, aclamado y por siempre recordado. Rafa 19 títulos de Grand Slam y a otra cosa. A pensar en lo que viene, a pensar en lo que sigue, seguir rompiendo records y volver a ser el número de 1 del Mundo. Quizá lo sea, como fue Vilas en su momento aunque el ranking no lo reconozca, lo cierto es que Nadal tiene un alma y un corazón grande como el Arthur Ashe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Historia del fútbol argentino - 1938 - Mundial de Francia

Los dos primeros campeonatos mundiales constituyeron importantes éxitos económicos. Ello alentó notablemente a continuar con su realización,...