martes, 17 de septiembre de 2019

El dilema del subcampeón

Está claro que la valoración de la palabra "subcampeón" es subjetiva. Casos como el de Boca 2018 o la Selección de básquet 2019 lo demuestran. Los dos fueron segundos, aunque uno catalogado como "fracaso" y el otro como "hazaña".
Ahora bien, ¿quién otorga dicha valoración a un segundo puesto? ¿Los hinchas?, ¿el club?, ¿el periodismo?

Lo primero que suelen decir es "de los segundos nadie se acuerda". Esta frase podría ser atribuida a Boca tras perder la final más importante de la historia frente a su eterno rival. Pero en cambio para la Selección de básquet, que superó las expectativas y consiguió un histórico segundo puesto, no encajaría, ya que, según el populismo, el puesto se ganó y no se perdió. Entonces, ¿cuándo está bien o está mal ser subcampeón?

Llegar a una final no es poca cosa. No todos lo logran. Acá no se discute al equipo campeón, que por supuesto siempre será el mejor. Pero, ¿es verdad que al segundo nadie lo recuerda? ¿O dependiendo el caso vale o no?

La Selección de fútbol Argentina fue tres veces seguidas subcampeón y los medios, hinchas y comentarios reflejaron que, como se se llegaba a dicha instancia desde hace mucho tiempo, y sobretodo por como se dieron las finales, no era fracaso, sino un resultado positivo.

Boca, acostumbrado a llegar siempre a instancias decisivas y la mayoría de las veces ganarlas, "fracasó" tras perder una final llena de tensiones y condimentos. Innegable es que esa final connotaba muchísimo más que un simple partido de fútbol, pero acaso ¿fue poco meritorio haber sido el subcampeón de América?

La pluralidad de voces, el hincha "termo" y el periodismo inclinado son factores que también juegan a la hora de valorar el desempeño de un equipo en una competición. En algunos casos, el recorrido de ese equipo durante el torneo no vale nada si se pierde la final, pero en otros casos haber llegado a una final luego de un gran viaje es un merecido premio.

Considero que esto es algo con lo que nunca podremos ponernos de acuerdo. Si River hubiera perdido esa conocida final, ¿hubiera fracasado? El ciclo de Marcelo Gallardo al mando del "millonario" es re contra exitoso, pero de haber perdido dicho partido, ¿los logros obtenidos anteriormente hubieran sido menos valiosos? Y si el básquet hubiera ganado la final contra España, ¿hubiera sido lo mismo que obtener el segundo puesto? Ya que supuestamente el camino estaba hecho antes de dicho partido. ¿Realmente fracasó tras no obtener el título luego de vencer a potencias como Serbia y Francia? ¿O cómo no estaba en los planes y superó las expectativas el segundo puesto vale mucho?

Dicho esto, vuelvo a hacer la misma pregunta, ¿quién marca la vara de "fracaso" o "hazaña" por salir segundo? 'Los hinchas? ¿El club? ¿O el periodismo?

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